Hoy jueves 12 de abril vamos
también directamente al huerto. Lo primero que hacemos es que cada equipo disuelve
los abonos que pesamos anteayer.
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Esta es la dosis para una caja |
En unos 5 litros de agua
disolvemos los nitratos y, aparte, en otros 5 o 6 litros disolvemos el
fosfato monopotásico. Recordamos que el nitrato cálcico no se debe mezclar con los
fosfatos hasta que estén muy diluidos en agua, para evitar que formen
precipitados. Explicamos que es necesario disolver los abonos totalmente, sin
dejar ningún residuo. El agua con los abonos diluidos debe verse clara y
transparente.
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Rosario y Pilar disolviendo los abonos |
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Trabajamos a destajo |
Vamos haciendo las disoluciones caja por caja. Se vierten los
abonos diluidos en la caja correspondiente y se rellena la caja con el volumen
de agua necesario, hasta conseguir de 10 a 12 cm de profundidad de agua. En nuestras cajas
esto se corresponde con 51 a
62 litros
de agua aproximadamente.
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Vertido de los abonos disueltos |
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Pilar rellena una de sus cajas animada por Ana María |
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Pepe comprueba el nivel de agua |
Previamente al relleno de las cajas, hemos cubicado
una de ellas echando agua de 5 en 5
litros y haciendo marcas de altura de agua en un
listón de madera. De este modo podremos saber en todo momento, a lo largo del
cultivo, el consumo de agua que van haciendo las plantas y, será fácil saber cuanta agua y nutrientes debemos reponer.
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Regla que nos indica el volumen de agua que hay en la caja según su altura |
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Explicamos cómo hacer una regla para medir el volumen de agua que hay en la caja |
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Comprobación del nivel de agua |
Terminada esta tarea, cubrimos
las cajas con los paneles de poliestireno expandido, llamado también
“polispan”, “corcho blanco”, etc., en los que el martes hicimos los agujeros de
plantación. Los vamos ajustando a las cajas, de modo que quedan tapadas y
encajados.
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Ajuste de los paneles a las cajas |
Para ajustar y sujetar las
plantas de lechuga en esos agujeros vamos a usar unas tiras de gomaespuma (espuma de
poliuretano), ese material que es como una esponja y se usa para hacer
colchones. Con esas tiras de gomaespuma rodearemos el cuello de las plantitas,
como si les pusiéramos una bufanda y lo ajustaremos en el agujero. Estrella y
Silvia se ponen a cortar las tiras de gomaespuma y con ellas tapamos los agujeros
hasta el próximo martes que recibiremos las plantitas.
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Tiras de gomaespuma recién cortadas |
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La gomaespuma se enrolla y... |
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se coloca tapando el agujero |
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Así de bien debe quedar, como nos enseña Isabel |
El trabajo va muy bien, nos está cundiendo la tarde
un montón. Pasamos a las cajas de madera, que dejamos el otro día a medio
rellenar de sustrato. El sustrato orgánico enriquecido, que vertimos hace dos días, hay que mezclarlo muy bien con
otro sustrato que se llama fibra de coco, procedente de las fibras de la
cubierta externa de los cocos. Por lo tanto, rellenamos las dos cajas con una
mezcla a partes iguales de estos dos sustratos.
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Echamos la fibra de coco para mezclarla con el otro sustrato orgánico |
Una de las cajas la reservamos
para plantar en ella lechugas al mismo tiempo que en las cajas hidropónicas y,
de este modo, comparar ambos métodos de cultivo. La otra caja de madera la
sembramos directamente con varios tipos de hortalizas, rabanitos, zanahorias,
acelgas, poleo, espinacas, cebollas, perejil, berros y colinabo. A ver qué pasa
con ello, hay que experimentar y comprobar por uno mismo los resultados.
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Preparando las hileras de siembra |
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Se cubren las hileras con sustrato |
Después de sembrar en líneas hemos cubierto las semillas con una capa de
sustrato y hemos regado a fondo con una regadera de gotas finas para que no se
desentierren las semillas.
Con esta tarea damos por
finalizada esta jornada tan activa y dejamos todo listo para la plantación el
martes.
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Así ha quedado hoy el conjunto de nuestro huerto |
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