Hoy comenzamos la tarde con una
charlita sobre un asunto de la mayor importancia para el manejo de los cultivos
hidropónicos, el pH. Pero ¿qué narices es eso?.
Bueno, ahora, después de la
charla, ya lo sabemos, o, por lo menos tenemos una ligera idea de ello y de su
utilidad. Sabemos que es un factor que nos permite medir el grado de acidez de
la solución nutritiva, que se mide en una escala que va de 0 a 14. Sabemos también que desde
0 a 6,9
los valores indican más acidez cuanto menores son. Que desde 7,1 hasta 14 los
valores indican alcalinidad, tanto más cuanto mayores son. El valor 7 es
neutro, o sea, ni ácido ni alcalino. Todos tenemos una idea de qué líquidos son
ácidos, el zumo de limón, el vinagre, el jugo de tomate y el zumo de uvas y cuales son alcalinos, la clara del huevo,
el chocolate, nuestra sangre.
Pues bien, una vez aclarado esto,
hay que saber que el pH de las aguas de Valencia y, en general, de toda la
ribera del Mediterráneo, es alcalino, o sea que es superior a 7.
Pero, ¿por qué es tan importante
esto del pH?;
Pues lo es porque si el valor del
pH de nuestra solución nutritiva es alcalino, los nutrientes que hemos añadido
dejan de estar disueltos, forman precipitados que se van al fondo de la caja y
las plantas no los pueden absorber. Si no los absorben, al no alimentarse bien,
dejan de crecer y de desarrollarse. Para que los nutrientes estén disponibles y
las plantas los tomen tienen que estar disueltos y esto ocurre con valores del
pH ácido, los óptimos están alrededor de 6.
Esta tarde hemos visto cómo se mide el pH de
la solución y lo hemos realizado con nuestras propias manos, de la manera más
sencilla y barata, con tiritas de papel indicador y Pilar, Ana, Ana María y Carmen han podido
comprobar que nuestra solución está estable en un pH de 6, es decir, que
estamos en el óptimo de acidez, ¡somos unos ases!.
Librillo de papel indicador del pH |
Interior del librillo mostrando las tiras de papel indicador y la tabla de colores para interpretar la medida |
Pero, si el agua que hemos
empleado para hacer nuestra solución nutritiva es alcalina, ¿cómo es que
nuestro pH ahora es ácido? y ¿qué ocurre si al medir el pH nos hubiera salido
alcalino?.
Como hemos dicho en la charla de hoy, en estos casos es conveniente
usar abonos de reacción ácida, por ejemplo abonos que contengan amonio, pues este
compuesto aparte de ser un nutriente para las plantas es un amortiguador del
pH, lo regula cuando está alto. Ahora no tenemos tiempo para extendernos más en
esto pero le dedicaremos una entrada específica a este asunto ya que es
importante.
Otras tareas que hemos efectuado
hoy son, la sustitución de algunos fallos pendientes, sobre todo de Carxofet.
Se deben a que estas lechugas nos las entregaron muy pequeñas. Está bien que nos
ocurran estas cosas en el taller para que nos sirvan de enseñanza. También hemos
plantado una caja con plantitas de la variedad Hoja de Roble verde, estas sí
han venido con el tamaño adecuado para el trasplante, con 6 a 7 hojas.
Plantita de lechuga Hoja de Roble verde con su cepellón |
Hoja de Roble verde recién trasplantadas |
Hemos aireado las soluciones
nutritivas de todas las cajas. Al airear inspeccionamos el interior y vemos el nuevo crecimiento
de raíces que se ha producido desde que plantamos. Se ven raíces blancas de dos
tipos, unas que crecen verticalmente, largas y más gruesas y otras finas,
cortas y con crecimiento horizontal.
Vista general de las raíces nuevas de una de las cajas |
Esto indica que las plantas se han
adaptado al sistema de cultivo y a partir de ahora el ritmo de crecimiento
aumentará.
Nuestras lechugas han crecido gracias a esas nuevas raíces |
Hemos regado los sustratos y también hemos retirado la cubierta de
lámina de polietileno de las dos cajas de sustrato y la hemos sustituido por
una malla antiinsectos idéntica a la que cubre el resto de las cajas.
Este es el semillero con su malla |
y esta es la caja de lechugas carxofet en sustrato protegidas con la malla |
Esta es una vista del estado actual de nuestro huerto urbano, en el patio de la antigua escuela de Rocafort en Valencia |
Con estas tareas hemos dado fin a
la sesión de hoy. ¡Hasta el jueves!.
Lo que no me queda tan claro es tu comentario sobre la opción de prescindir del conductímetro. Es un instrumento clave pero al mismo tiempo podemos trabajar sin él? Existe una alternativa similar al medidor del PH tipo las tiritas? Muchas gracias, exelente el blog!
ResponderEliminarYa sabes Víctor, en las ciencias aplicadas todavía nos falta mucho por saber y la horticultura no es una excepción. Cuando componemos la solución nutritiva conocemos exactamente las cantidades de cada uno de los nutrientes que hemos agregado para elaborarla, pero desde el momento en el que nuestras plantas empiezan a absorber la solución, esa composición inicial se altera porque las plantas van absorbiendo cada uno de los nutrientes en diferente proporción. Además las plantas absorben mayor proporción de agua que de nutrientes y esto da como resultado que la concentración de la solución que va quedando, aumenta, se hace más salina, aumenta su conductividad. Todavía no tenemos la suerte de disponer de algo tan simple como una tirita de papel para medir la conductividad, al contrario de lo que pasa con el pH. Sólo lo podemos hacer in situ con un conductímetro. En otra entrada hablaré sobre los conductímetros y peachímetros que hay en el mercado, pues los hay de precios muy diversos.
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