En la charla de hoy Pepe ha
explicado el modo de preparar un semillero.
Cuando decidimos iniciar un cultivo
tenemos dos posibilidades, hacemos el semillero nosotros o compramos el plantel
a alguien que se dedica a producirlos. Hacer nuestro plantel nosotros mismos
tiene varias ventajas y no es la menor el disfrute y la experiencia que lleva
consigo hacerlo. Además de esto, hacer el semillero nos permite programar mejor
nuestro calendario de cultivo y ajustar las fechas de los trasplantes, así como
también cultivar variedades de hortalizas que no se encuentran con facilidad,
variedades locales por ejemplo que consigamos de algún vecino, amigo o también
de alguna organización de las que se dedican a la valiosa labor de conservar la
biodiversidad agraria y divulgar las variedades de hortalizas locales, como por
ejemplo ocurre con Llavors d’Ací
También tiene sus ventajas comprar
el plantel, por ejemplo nos permite improvisar una plantación que no habíamos
programado. Si encargamos un número mínimo de plantas nos prepararán la
variedad que deseemos. Las dos opciones, plantel propio o de encargo, son
interesantes y en cada momento decidiremos la que más nos convenga.
Una buena solución para hacer el
semillero es emplear bandejas de alvéolos. Las hay de tamaños muy diversos y su
elección depende del tipo de planta y también del tamaño de la plantita con el
que deseamos hacer el trasplante. En el caso de la lechuga es frecuente que los
alvéolos o celdas tengan 2,5 x 2,5
cm y 5
cm de profundidad.
En los almacenes encontramos
bandejas flexibles de plástico negro
alvéolos flexibles para siembras y bolsas con muestras de sutratos |
y también bandejas de poliestireno blanco.
En realidad también podemos emplear envases desechados, por ejemplo de yogur,
con la precaución de perforar el fondo para dar salida al exceso de agua de
riego.
El otro elemento imprescindible
en un semillero es el sustrato. Sobre el sustrato se depositará la semilla y en
él se desarrollarán las primeras raíces de la plántula. Pepe nos ha enseñado
tres tipos de sustratos interesantes para semillero. Dos de ellos orgánicos,
unos es la fibra de coco, que procede del recubrimiento fibroso de la cáscara
de los cocos y el otro es una mezcla de turba enriquecida, y ha explicado
brevemente sus características y su uso.
Estos materiales se comportan de modo
semejante a la tierra, después de regar acumulan una porción de agua y la
reservan para que la pueda extraer la planta. También retienen parte de los
nutrientes que aportamos creando una reserva de ellos que las plantas
utilizan.
El tercer sustrato es un
material mineral, la perlita, que se fabrica por un procedimiento industrial a
partir de rocas. La perlita no retiene los nutrientes y acumula poca agua, pero
es muy porosa y se usa para mezclarla con otros sustratos para mejorarlos, por
ejemplo, mezclada con la turba le da mejores condiciones de aireación para las
raíces.
Con vistas a su empleo en
semillero, un sustrato conviene que no tenga partículas muy gruesas, con el fin
de que tenga un buen contacto con las semillas. Tampoco conviene que las
partículas sean muy pequeñas, porque en este caso retendrá agua excesivamente y
esto tiene dos inconvenientes, uno que la falta de aire dificultaría la
respiración de las nuevas raíces y se podrían morir y dos, que la humedad
excesiva en el cuello de las nuevas plantitas las hace más sensibles al ataque
de hongos parásitos (Pythium). Un buen sustrato debe expulsar el exceso de agua
después de regar y mantener aire suficiente para la respiración de las raíces.
Después de la charla vamos al
huerto para, lo primero, comprobar el aspecto de nuestras lechugas, de sus
rosetas de hojas y también de sus sistemas de raíces. Siguen creciendo con buen
ritmo y para darnos mejor cuenta de ello, hacemos la toma de datos de los
jueves.
En la última semana Maravilla de
Verano ha echado unas 4 hojas más, Carxofet unas 2 hojas nuevas y Hoja de Roble
unas 10 hojas nuevas. Con esto se ve claramente que las variedades crecen y se
desarrollan de diferente modo.
lechugas Hoja de Roble |
grupo de Maravillas de Verano |
lechuga Carxofet de nuestro huerto |
Isabel y Lolin inspeccionan una de las cajas de Carxofet |
Regina y Silvia aireando otra caja en la que se ve el gran desarrollo de raíces |
Regina y Pepe en el recuento de hojas de Hoja de Roble |
La altura de agua de las cajas, nos indica que el
consumo medio de agua de la semana ha sido de 7,6 litros por cada
caja, es decir, como hay 15 plantas en cada caja, el consumo de agua ha sido de
unos 72 mililitros al día por cada planta a lo largo de la última semana.
El pH ha subido ligeramente a
valores de alrededor de 7,3. Esto, como ya explicamos, se debe al contenido de
bicarbonatos del agua. Si tiende a seguir subiendo lo corregiremos la semana
próxima.
Medida del pH con un pehachímetro |
La conductividad eléctrica (CE) de las soluciones
se mantiene en unos 2,1 dS/m, que nos indica un nivel adecuado de nutrientes
totales como ya sabemos.
Aprendamos un truco: Si multiplicamos la conductividad por 0,9 tenemos una
medida aproximada de la cantidad de sales que contiene nuestra solución
nutritiva. Recordemos que esta cantidad total de sales es la suma de las que
contiene el agua de partida más los abonos que nosotros le agregamos. Según
esto nuestra solución tendría en la actualidad aproximadamente:
2,1 x 0,9 = 1,19 gramos de sales en
cada litro de agua.
No es una solución muy concentrada, lo cual está bien
porque las temperaturas están subiendo bastante estos días y las plantas
necesitan hidratarse absorbiendo todo el agua que puedan y ya sabemos que
absorben agua con mayor facilidad si la concentración de la solución es baja.
REGLA IMPORTANTE: en verano la solución nutritiva debe ser más diluida que en invierno
Ya explicamos que en tiempo caluroso es conveniente rebajar las cantidades de
nutrientes en la solución, o lo que es lo mismo, diluirla con más agua.
Lo dejamos aquí por el momento
hasta el martes.
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